sábado, 7 de marzo de 2009
Dia de la mujer - escritoras chilenas
Yannis Lobaina
El 19 de febrero, a las dos y treinta de la tarde, en la Sala Portuondo, se realizó el panel Mujeres y Literatura, del país invitado de honor: Chile. Estuvieron presentes las escritoras Ximena Troncoso, Luisa Eguiliuz y María Cristina Larco. Luego se realizó la presentación del libro Presencia femenina en la literatura chilena.
La panelistas conversaron sobre la presencia de la mujer escritora chilena en la actualidad, y su rol en la literatura contemporánea. Según ellas, el lugar que la mujer ha tenido en la literatura chilena permite situarla en dos dimensiones: una, como personaje o protagonista de los textos literarios y la otra, como mujer de carne y hueso, que emplea la pluma y da a luz libros de interés general.
En la primera dimensión, es indiscutible que la mujer es motivo esencial en los volúmenes editados en este país. Los escritores, que son mayoría en cierta época de la historia literaria chilena, colocan a su contraparte femenina en lugares destacados dentro de sus obras, ya sea como madre, esposa, compañera, novia, centro de sus amores, amarguras y sinsabores, etc. como también transformándola en personaje principal. Hay algunos libros que llevan nombre de mujer: Cecilia de Januario Espinoza, Gladys Fairfield de Blest Gana, La Quintrala de Magdalena Petit, Bárbara de Fernando, por nombrar sólo algunos.
La visión masculina de la protagonista femenina en Chile, como también sucede en nuestro país y en toda Latinoamérica, está enturbiada por su óptica machista. No sale de los lugares comunes de entonces: madres abnegadas, esposas fieles, compañeras silenciosas, mujeres de vida alegre, celosas, obsesivas, frías y calculadoras, etc. Cuando el texto abandona esos campos, es decir, se adentra en la psicología femenina, el cambio es notorio.
Escuchándolas conversar sobre su situación, pienso que a pesar de todo, no se pueden quejar las mujeres chilenas, puesto que su presencia en las letras actualmente es de un protagonismo espléndido, ha sido continua y decidora. A decir de Troncoso ellas hacen un parte de la mujer en la literatura chilena. La otra presencia es más amplia, sobre todo de las nuevas generaciones que aún no son del todo reconocidas.
Allí, en la sala Portuondo, se conversó de una época en que las mujeres chilenas tenían literalmente vedada su participación en las letras nacionales. Era patrimonio masculino. Machismo que, por felicidad, se ha batido en retirada y permite la presencia de la mujer en las lides literarias. A modo de anécdota, in illo tempore se decía que la pluma, para las mujeres, era para usarla en los sombreros, no en la escritura.
Las cosas han cambiado favorablemente. Las mujeres han ingresado con propiedad y talento en la galería de la literatura chilena.
DIA DE LA MUJER- CHILENAS EN VERSO
DIA DE LA MUJER- PRESENCIA FEMENINA EN CUBA
Cobertura informativa
Jueves, 19 de Febrero de 2009
Dejamos de ser solo las musas.
Pablo Rigal Collado
Las escritoras chilenas Luisa Eguiluz, Cristina Larco y Ximena Troncoso, con Edel Morales como moderador, protagonizaron el encuentro “Mujeres y Literatura” que resultó un intercambio revelador sobre la presencia de la mujer en la Literatura chilena.
Luisa inicio las intervenciones con un impresionante panorama sobre la presencia de la mujer en las letras del país sureño: Gabriela Mistral, Marta Brunet y Marcela Paz chilenas que constituyen excepciones porque obtuvieron el Premio Nacional de Literatura en un institución dominada por los hombres desde que se creó el galardón en 1948.
Ximena Troncoso siguió en el orden con un trabajo sobre Presencia femenina en la literatura nacional: una trayectoria apasionante de Lina Viera Lamperein libro que constituye, en palabras de Ximena, un exhaustivo panorama del universo literario de la mujer y su rol entre 1750 y 1991, actualizado por las poetas Paz Molina y Ana María hasta el 2005 y publicado luego por la editorial Semejanza en el 2008.
La mujer irrumpe con intensidad en el mundo literario chileno durante las décadas del cuarenta y el cincuenta del Siglo XX. No hay tema sensible a la realidad de la patria que no sea abordado por las émulas de la Mistral, Así lo confirmaron Luisa y Ximena en sus intervenciones, la autora de Frágil resumió la valentía y la claridad escritural de los textos leyendo varios ejemplos: “Mi corazón anárquico acepta gobierno provisorio/ mientras yo continúo en gestiones clandestinas/con tus ojos” Teresa Calderón. “Me declaro ingobernable/y establezco mi propio gobierno/ inicio un paro indefinido/ y que el país reviente de basura/ Soy mujer de flor en pecho” Heddy Navarro. “Tu me crees/la incrustada/ la mujer sin brazos/ la que llora/ Me quieres silenciosa/ clausurada/pero yo soy la mujer suegrita/ y no se guarda/la que recorre la casa encendiendo las luces/la explorada/la dadora y la avara. Astrid Fugellie Gezan.
A esa altura estábamos todos dispuestos a firmar la reflexión del crítico chileno Alone que Ximena citó oportunamente: “la creatividad es la base de la función del escritor, y no tiene sexo, un autor no es ni hombre ni mujer. Solo es inteligente, sensible, creador.”
Por último Cristina Larco dio el tiro de gracia a cualquier duda sobre el protagonismo compartido hombre-mujer en las letras chilenas. Registró momentos estelares mencionó nombres que habían recordado Luisa y Ximena, pero con otra voz: Violeta Parra, Isabel Allende, Maria Luisa Bombal, Diamela Eltit… los argumentos eran fascinantes y abrumadores. El discurso de las tres ponentes convergía en los puentes construidos por las poetisas chilenas con sus homologas de otros países latinoamericanos: Teresa de la Parra en Venezuela, Juana de Ibarborou en Uruguay, Dulce María Loynaz en Cuba. En ese momento el encuentro y la presentación tejieron una red de comprensiones La obra de las mujeres, concluía Cristina Larcos, aporta nuevas intensidades y nuevos caminos que enriquecen la literatura chilena.