lunes, 17 de septiembre de 2007

LA MÁS CHILENA DE LOS CHILENOS


(Encontré estas fotografías de una Gabriela más cercana, la de arriba, muy contenta con un alegre vestido repleto de flores y desprovista de sayas pardas, coquetería de mujer en medio de dos señores) ( Abajo, con su Yin Yin, me hago la idea de que ha hecho un alto en el camino y descansa con su niño, que el cervatillo del Poema de Chile fué a beber agua a un arroyo cercano y que luego continuaran su recorrido)


Para estas fiestas Patrias, que mas patria que Gabriela Mistral, la maestra rural, humilde que desafía al mundo con la aguda y blanda espada de su palabra.
Gabriela, mujer de carne y hueso, la cotidiana , la rebelde, ¡Cuanta pasión y fortaleza, en la dulzura tibia de sus versos! ¡Cuanto misterio en su incisiva , sabia y agorera prosa!
Hay tantas lunas de Gabriela aún no descubiertas que invisibles nos imanan, que nos llaman como una última esperanza orbitando el espacio de un planeta en extinción llamado Chile.Gabriela sabe ver lo que se esconde bajo las aguas y camina sobre ellas con una levedad que podríamos llamar "de loca". Gabriela se anticipa a una época, esa es la herencia que nos deja, sus poemas, los impresionantes recados, ese mundo que está impreso a la espera de ser descubierto por lectores sensibles Nos equivocamos en pensar que su legado yace en un gran baúl Neoyoquino Gabriela vive con nosotros aunque no lo sepamos, loca , reina, maestra, profunda, madre-mujer, mujer-hembra, sólo algunas de sus lunas.

Para conocer mas a fondo el país en estas fiestas patrias, abramos su regalo, acompañemos a Gabriela, un pequeño indio Atacameño y un cervatillo -huemul en el recorrido poético del libro póstumo "POEMA DE CHILE":


DESPEDIDA


Ya me voy porque me llama
un silbo que es de mi Dueño,
llama con una inefable
punzada de rayo recto:
dulce-agudo es el llamado
que al partir le conocemos.

Yo bajé para salvar
a mi niño atacameño
y por andarme la Gea
que me crió contra el pecho
y acordarme, volteándola,
su trinidad de elementos.
Sentí el aire, palpé el agua
y la Tierra. Y ya regreso.

El ciervo y el viento van
a llevarte como arrieros,
como flechas apuntadas,
rápido, íntegro, ileso,
indiecito de Atacama,
más sabe que el blanco ciego,
y hasta dormido te llevan
tus pies de quechua andariego,
el Espíritu del aire,
el del metal, el del viento,
la Tierra Mama, el pedrisco,
el duende de los viñedos,
la viuda de las cañadas
y la amistad de los muertos.
Te ayudé a saltar las zanjas
y a esquivar hondones hueros.

Ya me llama el que es mi Dueño...
(de Poema de Chile)